Por Julia Bartlett – Equipo de Educación Nutricional de Gleaners
Cocinar entre semana puede parecer una tarea ardua entre los aspectos más ajetreados de la vida, como el trabajo, la escuela, los desplazamientos y otros compromisos. Muchas veces, podemos sentir la presión de planificar a la perfección las comidas antes de cada semana: buscar recetas que seguir, hacer una lista de la compra, comprar todo lo necesario para esas recetas y seguirlas al pie de la letra. Sin embargo, ¡la vida sucede! A veces terminamos saliendo a cenar una noche, nos cambia el apetito o nos falta tiempo para ir a hacer la compra y necesitamos usar lo que tenemos a mano.
En lugar de depender siempre de una receta exacta, puedes utilizar lo que se denomina un “marco de recetas”, que exige utilizar elementos básicos intercambiables para crear una comida y seguir pautas generales de cocina. Por ejemplo, si quisieras cocinar una tanda de sopa, en lugar de utilizar una receta que requiera verduras, proteínas y especias específicas, podrías utilizar un modelo de marco para utilizar lo que te quede en el frigorífico o la despensa. Esto podría ser algo así: un litro de caldo de verduras, cebollas, algunas patatas u otras verduras abundantes, pollo, maíz congelado, espinacas marchitas y las hierbas que tengas a mano.
Es importante seguir las mismas pautas generales de cocción para sopas y guisos, como cocinar primero las cebollas cortadas en cubitos en un poco de aceite hasta que estén transparentes antes de agregar verduras más sustanciosas, proteínas salteadas, hierbas aromáticas y caldo o agua. Deje un tiempo de cocción adicional para las verduras más sustanciosas y agregue verduras más delicadas o de cocción más rápida, como espinacas y maíz congelado, más adelante en el proceso de cocción. Siempre verifique que cualquier proteína en su sopa esté cocida hasta su temperatura interna adecuada; para el pollo, esta sería 165 grados.